"Uno Nunca Sabe Cuando Hace una Canción, a Donde Va a Ir a Parar"
“Ojalá que todas las vocaciones precoces de artistas, gente apasionada por el arte, logre poder encaminar su vocación, la de caminar por la vida como un artista, es una manera muy particular de caminar por la vida.”
Un Jairo desbordado por la emoción a raíz del sencillo reconocimiento que realizó la Universidad Nacional de San Luis, en el Centro Universitario de la Villa de Merlo, es el que se mostró en el Santiago Besso de esa localidad. Después de haber transitado escenarios internacionales de la más alta envergadura Jairo cantó ante ese pequeño auditorio que lo recibió con todos los honores.
En ese lugar Jairo ofreció su corazón, compartió sus recuerdos, sus anécdotas y un pedacito de vida…
“ Cuando empecé a cantar, era muy chico, hay una imagen que recuerdo en la que estaba cantando con un traje de charro mexicano, es fue la primera vez que canté, tenia 6 o 7 años, y fue porque una maestra -en esas fiestas de fin de curso de las escuelas primarias, que se hacen gracias al esfuerzo y ala imaginación de las maestras, y a mucho papel de color, cartón pintado- se le ocurrió que yo podía cantar, y yo cuando me lo preguntó, aunque no sabia que sabia, le dije que si, y llegue muy contento a mi casa, y allí mis padres festejaban mucho cuando les dije que iba a cantar en esa fiesta, desde entonces me prepare muchísimo, yo creo que nunca en los 40 años que llevo cantando, me he preparado tanto como para ese día, nunca he ensayado tanto una canción como esa que cante ese día.
Cuando fui a cantar en el salón de actos de la escuela que se llamaba Pablo Pizurno, en Cruz del Eje, en el Noroeste de Córdoba, me acuerdo que me tocaba entrar a cantar, subí y me abatate, no me salía la voz, no podía cantar, tuve que volver atrás del escenario (todos se reían, porque la imagen era ridícula), yo hice oídos sordos a los comentarios de la gente, volví al escenario y canté por primera vez, ese día cuando termine de cantar, vi la cara de la gente y escuche los aplausos, y comprendí que eso era lo que yo quería hacer el resto de mi vida. Es un poco pronto para descubrir la vocación, pero creo que los artistas tenemos vocaciones precoces, no me costo darme cuenta que en realidad lo que yo quería hacer era cantar.
Para mi cantar es lo mas importante que hay, y va mas allá de lo que pueda cantar, porque a mi me gusta cantar de todo, canciones mexicanas, Rock and Roll, tango, baladas, folclore, he cantado un poco de todo, pero todo lo que he cantado lo he hecho siempre con mucho entusiasmo, fervor.
Mas allá de todo quiero decir que el canto me ha permitido tener una vida plena, conocer a mucha gente, viajar, conocer muchos lugares, en uno de esos viajes he conocido a la que es mi esposa que es española madrileña, la que curiosamente no es una apasionada de la música, pero tenemos muchas cosas que nos unen, hemos tenido 4 hijos, cada uno tiene una profesión distinta hacen cosas diferentes, y cada uno ha conseguido hacer lo que le gusta.
Ojala que todas las vocaciones precoces de artistas, gente apasionada por el arte, logre poder encaminar su vocación, la de caminar por la vida como un artista, es una manera muy particular de caminar por la vida.
Muchísimas gracias por reconocer eso, que es simplemente el haber cumplido con el deseo de hacer en la vida lo que quería a una edad tan temprana, les agradezco a todos los que pensaron en esto, a los presentes, a mi hijo Yaco que estuvo muy pendiente de todo, que se ocupa de todo lo que hago y va puliendo todos los defectos que tenga yo en mi labor.
Uno nunca sabe cuando hace una canción, a donde va a ir a parar, no conoce su destino, el día que hice esta música, que termine de hacerla en Cruz del Eje, en la casa de mis padres, cuando aun vivían los dos, pocos meses después me contrataron para ir a cantar a Francia por primera vez, en ese momento yo vivía en España, y la primera canción que canté fue “Es la nostalgia” y fue como una llave bendita porque me abro todas las puertas ”.
