El Canto Que Emociona
Por el Prof. Ricardo Marino
El trabajo de exploración artística es infinito y las conversaciones entre las distintas artes son cada vez más significativas. De ahí que como aventurero me haya embarcado apasionadamente en proyectos audaces como un acróbata que salta sin red confiando en mi propio potencial y en el de la gente que me rodea.
Hacía un par de años que venía concibiendo la posibilidad de hacer música para un musical coreográfico y buscaba fuentes de inspiración sin decidirme por ninguna. Hasta que un día mi amiga Susana Rezzano, por entonces secretaria de extensión universitaria me regaló el libro “Mujeres” del gran escritor EDUARDO GALEANO.” En esas breves páginas descubrí con asombro como la pincelada certera e inspirada de Galeano delineaba en un par de párrafos el retrato 
de una mujer. Finalmente me decidí y convoque a otra amiga coreógrafa y bailarina de lujo: Laura Pallero. Primero vinieron las lecturas buscando raíces arquetípicas y tratando de seleccionar aquellos retratos que dispararan imágenes más definidas a nivel coreográfico. Una vez decidido el material vino la etapa de composición musical que encaré adentrándome profundamente en el lenguaje sugestivo del autor y cuidando que las melodías, armonías y tímbricas estuvieran a la altura de la magnitud literaria. De esta forma fuimos interactuando con la directora coreográfica hasta concebir 9 segmentos musicales coreográficos donde el protagonismo está repartido entre las bailarinas del grupo OTROS GIROS.
El coro volvió a una posición casi estática a manera de marco contenedor y de fondo para contrastar con la liviandad y textura de ricos matices que dibujan las soluciones coreográficas. El coro resalta como una montaña en el fondo del escenario a cuyos pies se desarrolla la escena. Pero esa mole de 26 cantantes enfatiza y subraya los momentos culminantes creando un poderoso efecto que realza y facilita la transmisión emotiva.
Así se suceden los cuadros, algunos solistas y otros multitudinarios evocando en su inicio al proceso que aconteció del matriarcado al patriarcado con el tema LA AUTORIDAD. Una hermosa ilustración de esas bravas mujeres conocidas como “las amazonas” en CONLAPAYARA, o esas valientes mujeres que escapaban de las plantaciones robando y llevando semillas escondidas en el pelo de PARAMARIBO. También los cuadros solistas que evocan a Isadora Duncan a Evita y a Alfonsina Storni.
El momento culminante llega con el tema final: LA PACHAMAMA , un verdadero homenaje que se muestra como un ritual de celebración milenario.
DANZA Y CORO
Durante casi 30 años he dedicado la mayor parte de mis esfuerzos a bucear en los límites y en las profundidades de la experiencia del canto coral, ya sea vista desde la perspectiva de los coreutas, asi como la del público que tambien participa de esa experiencia en forma quizás más pasiva pero igualmente presente.
En esa intensa búsqueda fui recorriendo primero los caminos que me mostraron mis maestros, específicamente en lo referente a consolidar los aspectos técnicos vocales y armónicos para lograr calidad y homogeneidad en la sonoridad polifónica. En ese entonces consideraba que el impacto emotivo en el público estaría asegurado por el hecho de lograr gran destreza interpretativa, de acuerdo a las pautas estéticas reinantes tradicionales.
Algo dentro me instaba a mirar agudamente en lo que experimentaban tanto cantantes como público y fue así como descubrí ciertos patrones de comportamiento que efectivamente interferían en la concreción de la transferencia emotiva: En general los integrantes del coro y su director permanecían estáticos, demasiado ocupados en mostrar solvencia interpretativa, casi como si se aislaran en un refugio imaginario inexpugnable. Casi siempre, el efecto que observaba en el público era una especie de somnolencia que se interrumpía previsiblemente a la hora de los aplausos. Todo ese ritual se repetía hasta el final, y confirmando mis sospechas los comentarios de la gente al dejar la sala tenían que ver en el mejor de los casos con consideraciones técnicas y casi nunca con algo que refleje sentimientos o movimiento emotivo.
Así fue como empecé a diseñar algunas estrategias escénicas que ayudaran a sacar del sopor inevitable y de la previsibilidad. Primero comencé incorporando sorpresas mas bien humorísticas que rompieran momentáneamente la monotonía ritual del espectáculo coral y encontré que la risa predisponía al público favorablemente y lo invitaba a participar. Luego vinieron las puestas escénicas que merecen renglón aparte ya que implicaba poner al coro en movimiento. Allí fue donde tuve que abrevar en algunas técnicas de preparación física y actoral, ya que implicaba un grado importante de exposición en el escenario y para que el efecto visual fuera sumamente plástico. Las primeras experiencias, si bien algo torpes, me sirvieron para darme cuenta del enorme potencial que encerraba voces y cuerpos articulados y el efecto a veces estremecedor por parte del público, de quien recibía ya no elogios referentes a cualidades técnicas, sino verdaderas expresiones de emoción y sugestión.
El procedimiento de ensayos cambió; las dinámicas y recorridos escénicos cambiaron y se pulieron hasta lograr un producto verdaderamente integrado, donde también empezaban a intervenir efectos lumínicos, elementos escenográficos, utilización de pistas, etc. Todo sumaba y daba realce al espectáculo y se traducía en un público muy motivado que muchas veces nos saludaba con lágrimas en los ojos.
El siguiente estadio fue concretar la producción de un MUSICAL. El desafío era enorme ya que implicaba utilizar recursos escénicos del teatro y de la ópera. Además no queríamos hacer algo que ya se hubiera hecho; queríamos algo original. Fue así como concebimos, junto a la actriz y directora Daniela Pereira Jamenson, el musical “AMORES IMPOSIBLES Y NO TANTO” que tantas satisfacciones diera tanto al público como a la actividad artística de la UNSL. Fue un trabajo arduo de mas de un año de preparación con 35 personas que no tenían formación actoral pero sí un intenso deseo de participar en un proyecto original que incluía textos de Shakespeare, García Márquez y Alejandro Dolina y gran parte de música que compuse especialmente. Eran muchas cosas nuevas y significaba un escalón importante en toda esta búsqueda de muchos años, y la respuesta no tardó en llegar: Las expresiones de un público visiblemente emocionado nos llenaban de lágrimas a nosotros y nos impulsaban a mejorar todos los aspectos involucrados. Cada función era verdaderamente una fiesta del arte que conmovía a público y coreutas por igual, celebrando uno de los objetivos primeros de la actividad artística: mover sentimientos, es decir EMOCIONAR.
El resultado ha sido un estreno a sala llena, con un aplauso unánime y dejándonos el compromiso de llevarlo a todos lados y mostrar que el arte en San Luis ha crecido, tiene identidad y además propuestas originales.
